Pedro Carcuro
Pedrito y el lobo (y los perros)
Si este aprendiz de gigante -enérgico, polémico y bueno para reír-, divisa un perro chihuahua en su camino, gira automáticamente sobre sus talones y da vuelta la manzana sin pensarlo dos veces ni arrepentirse. Sin pensarlo siquiera.
Le produce sobresalto cualquier animal que ladre. Policial alemán o ratonero escocés.
Se trata de una fobia en estado puro, pues la tiene la certeza de que jamás ha sido mordido o perseguido por un perro.
Pero no es su única fobia relacionada con los mordedores. También detesta a los hombres que se muerden la lengua y no expresan lo que piensan.
No cree que a él se le haya pasado el caballo por su carácter impulsivo.
-Siento que a la gente le falta caballo. A muchos les da vergüenza emocionarse, les asusta comprometerse con un sentimiento, jugarse por una causa. Mis opiniones no molestan a la mayoría. Molestan a los que tienen miedo a despeinarse.
Nieto de italiano por los cuatro costados, temperamental y comedor, este ya famoso Pedro Carcuro empezó imitando a comentaristas y relatores deportivos, y terminó descubriendo que le gustaría ser uno de ellos.
Debutó en Radio Agricultura en 1967.
Pedrito -así le llama mucha gente a este gigantón- se achuncha todavía cuando se pone traje de baño, porque es blanquísimo como todo colorín, y no oculta su admiración por todo aquel que es capaz de lanzarse en paracaídas, encimar una montaña o desactivar una bomba. “De esas cosas no soy capaz”.
¿Cuál es el defecto suyo que le produce mayor torrente de gozo?
-Mi sensualidad. (No sé si es un defecto.)
¿Cuál es a su juicio el colmo de la idiotez?
-La actitud en masa en el Festival de Viña.
¿Qué hace para enfrentar los momentos depresivos?
-Tengo pocos, y nunca he perdido un partido ante ese rival terrible que es la depresión. A veces me ha empatado. Entonces me asusto y la peleo para ganarle por goleada.
¿Qué modelo humano le atrajo en su juventud?
-Ayer y hoy, Cristo.
¿Qué siente cuando piensa en la muerte?
-Certeza de que hay una vida eterna.
¿Suele hablar cuando, en la soledad, nadie le escucha?
-Es una costumbre que me acompaña desde niño.
¿Cuál ha sido su mejor edad?
-He sido un tipo feliz. Soy un agradecido de la vida. De todos modos, espero que mi mejor edad sea mañana.
De lo dicho contra Ud. ¿qué le ha hecho gracia?
-Una vez Luis Santibáñez dijo que yo aparecía en la TV porque era rubio y tenía buena pinta. Le agradecí el piropo. Pero le aclaré que estaba equivocado.
¿Cuál es el peor defecto que aceptaría confesar aquí?
-La lista de defectos es demasiado larga.
Cuente como experimenta y maneja su agresividad.
-Para ser periodista es fundamental ser agresivo.
¿A quién le daría un boleto un boleto a la luna sin regreso?
-Llenaría varios aviones con tontos graves. Esos abundan en todas partes.
Cuando no logra dormir, ¿hay un tema que siembre vuelve?
-No conozco el insomnio. Durmiendo soy un espectáculo. Puedo dormir 18 horas seguidas.
Se dice que al vestirse todo individuo se disfraza. Al vestirse diariamente, ¿de qué se disfraza usted?
-Trato de disfrazarme de caballero.
¿Cuál es la coquetería masculina que Ud. Acepta?
-Vestirse bien.
¿Qué posición suya en materias morales o profesionales es mal comprendida por sus colegas?
-Mi franqueza.
Rasgos de carácter que le han hecho mayor daño.
-La timidez.
Un insensato dijo que es fácil desvestir a la mujer; lo difícil es vestirla. ¿Qué le respondería usted?
-Que no conoce a las mujeres.
¿Qué es lo que más le gusta de usted?
– Mi mujer.
¿Cuáles son los defectos y cualidades más notorios que usted advierte en la clase media chilena?
-Defecto: Su arribismo. Cualidades: Admiro esa clase media que fortaleció la educación y salud pública. Respeto esa clase media que le dio equilibrio a este país, que, en gran medida, construyó el Chile del siglo veinte.
-¿Cuál es el defecto que se atrevería a confesar aquí?
–La lista es demasiado larga. Pero la encabezaría con mi condición de neurótico controlado.
–¿Cómo experimenta y maneja su agresividad?
-Para ser periodista es fundamental ser agresivo.
Fuera de Chile, ¿dónde preferiría vivir?
– Soy un amante del mundo. Pero para elegir un lugar me quedaría con Florencia, la ciudad más hermosa del planeta. Y en esto no admito discusión.
¿Qué virtud suya intentaría que se le reconociera como acto de justicia?
-Me conformo con que me digan: “Carcuro es un tipo decente”.
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