Margot Kahl
“El dinero me gusta muchí$imo”
Ella dice que lo importante no es tanto la belleza como el talento, pero lo cierto que apenas comienza a aparecer en pantalla los fotógrafos se encargan de llenar páginas con su sonrisa afelpada y sus rasgos de alemancita en estado puro. «La nueva princesa de la TV». Claro que lo hace bien; pero luce mejor.
Todavía era estudiante de ingeniería comercial en la Universidad de Chile, tenía 20 años o poco más, un marido y algún hijo, cuando en 1983 se inició en las comunicaciones leyendo Edición Uno, en Televisión Nacional. Venía de Puerto Varas. Estuvo ahí cinco años. En 1988, un día cualquiera, “nunca supe por qué”, se encontró sin micrófono, en la calle. Ahora ha recuperado el habla en el canal nacional, a la misma hora. Lee la primera edición de 24 Horas.
A poco caminar, Televisión Nacional le hizo un guiño y renacieron los viejos amores profesionales. Y ahí la vemos ahora, siempre un poco misteriosa y otro poco adolescente –con una actitud que no a todos resulta simpática–, pero provocando en todos los deseos de saber un poco más de ella. Margot Kahl se defiende. Dice que no es una mujer con pudores, pero terriblemente celosa de su privacidad.
Cuente de qué manera experimenta y maneja su agresividad.
Habitualmente la controlo, cosa que mi colon irritable no me agradece.
¿Con qué automatismos superfluos manifiesta su tensión?
Quizá se me note en que me pongo un poco rígida o tiesa. Mi cuello, mis hombros y mi estómago acusan recibo muy rápido. No creo que la gente lo note.
¿Cómo se definiría respecto del dinero?
Me gusta muchí$imo (ponga la S con signo pesos).
Idealmente, ¿en qué cargo se sentiría usted empleando a fondo sus capacidades, satisfaciendo sus ideales y colmado su entusiasmo?
Cargo organizativo-coordinador relacionado con la toma de decisiones que tengan que ver de alguna forma con la estética, como diseño, decoración, antigüedades; o relacionado con grupos humanos. Idealmente en el campo de las comunicaciones.
Si pudiera modificar algún aspecto del modo como la criaron, ¿cuál escogería?
La intransigencia.
De la culturas que usted reconoce entre sus antepasados, ¿cuál parece más presente en su personalidad y gustos?
Soy ciento por ciento alemana, sanguíneamente. Pero tengo una mezcla chileno-alemana bastante equilibrada en mi forma de ser. Por el lado alemán “sufro” de puntualidad y responsabilidad.
¿El peor defecto que aceptaría confesar aquí?
Excesivamente racional; querer tener el control de la situación.
¿En qué frase todos los chilenos estaríamos de acuerdo?
¡Mañana, sin falta!
¿Por qué siente mayor curiosidad?
Cómo lograrán algunas personas absolutamente incapaces llegar a cargos directivos, y mantenerse, además.
De todas las cosas que ha hecho o conseguido, ¿qué le ha producido mayor satisfacción?
Saber que puedo cambiar las cosas de mi persona que no me gustan, en vez de pasarme una vida quejándome por ser así.
Cuando le viene una depresión, ¿Qué recuerdo le ayuda a sonreír?
Casi ninguno.
¿Es usted de aquellas que le desean éxito y felicidad a sus adversarios?
Felicidad podría ser…
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