Mano de Piedra, cabeza de terracota
A mediados de septiembre el Ejército de Terracota de Xi´an se tomó una noble sala del Museo Británico de Londres. Ahí permanecerá hasta el 6 de abril. Cinco caballos de tamaño natural, una docena de guerreros y algunos músicos, acróbatas y funcionarios conforman esta singular comitiva proveniente de la corte del inventor del imperio chino, Quinshihuang Ti. Con más razón se podría decir ahora que la exhibición del Museo Británico, como Petra, “es tan antigua como la mitad del tiempo.” Resulta fácil imaginar lo magníficas que lucirán las figuras chinas en esa enorme sala oval. Cuando pude ver al Ejército de Terracota, hace más de 20 años, estaba bajo un oscuro y rústico galpón metálico en Xi´an. Eso no impidió que me produjera una emoción que aún parece retumbar en mi cabeza. Bajo ese galpón seguían las excavaciones con parsimonia casi mística, sacando miles de figuras en tamaño natural de una profunda capa de barro seco. Habían pasado ya 10 años del hallazgo, y 22 siglos de su elaboración; pocos sabían, sin embargo, de su existencia. China estaba viviendo los años de la Revolución Cultural, que tenía sus fronteras convertidas en una nueva Gran Muralla.
Era inevitable, pese a todo, que el mundo entero llegaría a saber del Ejército. Lo que nadie pudo imaginar entonces que algunos de esos mismos soldados y caballos sacarían alas para volar hasta el Museo Británico. Y menos lo que empezó a suceder una semana después de inaugurada la exposición inglesa. Desde China llegó una noticia que superaría la imaginación más afiebrada: la cabeza del tenista chileno Fernando González, hecha de terracota fue incorporada al cuerpo hueco de un guerrero de Xi´an. Lo mismo se ha hecho con los otros siete que disputarán en noviembre la Copa Masters de Shanghai, tarea a cargo de la escultora figurativa francesa Laury Dizengremel. Forman parte de una llamativa promoción que encabeza la ATP. Si González en sus próximos partidos usa su temible mano de piedra y no la de terracota, lo podremos ver al centro del grupo de las ocho imágenes más universales e inverosímiles del Ejército de Quinshihuang Ti. Ya es uno de los Tennis Terra Cotta Warriors (foto, primero de la izquierda), que lucen sus raquetas de fibra ensartadas en las mismas manos que hace 2.200 años sostuvieron lanzas de guerreros del primer emperador de China.