Gloria Münchmeyer
“¡No poder sacar la madre…!”
La Biennale di Venezia. XLVII Mostra Internazionale d’Arte Cinematografica. Coppa Conte Volpi di Misurata, per la migliore interpretazione Femminile. MCMXC.
La breve inscripción sobre el pedestal de la Copa Volpi ya forma parte de la historia del cine universal, porque el de Venecia es un festival de primera categoría y porque nunca antes una actriz chilena había logrado un lugar así.
La luna en el espejo la mostró en un gran momento de su carrera, reflejó la madurez de una actriz que supo añadir al talento natural la disciplina y la responsabilidad. ¿Qué refleja Gloria Münchmeyer frente al espejo? ¿A quién ve cuando se ve a ella misma? Es lo que quisimos saber y por eso la sometimos a un interrogatorio.
¿Cómo llegó a tomar su primera posición política en la juventud? ¿Qué influyó?
Leyendo un libro que me prestó un amigo. Lo leí por el imperativo de conquistar a ese amigo.
¿Alguna vez ha lamentado no ser una persona completamente anónima? ¿Por qué?
Cada vez que tengo que maquillarme para ir a comprar al supermercado. Todas las veces que tendría que haberle sacado la madre a un chofer descriteriado. Siempre que, sentada en un lugar público, me interesa observar en vez de ser observada.
¿Y a usted le gusta más cuando Aylwin sonríe o cuando se enoja?
Cuando se enoja. Cuando nuestro Presidente se enoja me sube la presión sanguínea, me aumentan las palpitaciones del corazón y una extraordinaria dicha se apodera de mi ser.
¿Qué ha ganado la humanidad teniéndola a usted? (Perdone la brutalidad de mi pregunta).
Nada, en absoluto; pero tampoco le prometí nada.
¿De qué conductas suyas o rasgos de carácter se quejaban sus padres cuando era menor de edad?
Fui una adolescente terrible: rebelde, insolente, incomprensible, odiosa, gritona y malgenio. Ellos, sin embargo, nunca se quejaron. Simplemente esperaron a que yo creciera.
¿Qué destape creería conveniente para el Chile de ahora?
Fundamentalmente habría que destapar la valentía. Por consecuencia, nos convertiríamos en seres arriesgados, Opinantes, asertivos, relajados, reidores, carcajeantes y entretenidos.
¿Ha sufrido por amor?
¡Ni me lo recuerde!
¿Qué junta en su vanidoteca?
Tuve una educación espartana. Uno de los lemas de mi madre era: “Hay que pasar inadvertida”. Por lo tanto, de adulta uno de los trabajos serios ha sido inyectarme una dosis de vanidad apropiada para poder sobrevivir.
¿Qué rasgo físico le incomodaba en su niñez?
Ninguno, Cuando niña yo era perfecta. Después me empecé a disgraciar.
¿Cuáles son sus hábitos adquiridos o métodos para desenchufarse del trabajo durante el descanso?
En mi oficio no existe esa alternativa. Somos siempre actores. Yo dejo de actuar sólo cuando duermo.
Cuéntenos qué siente cuando viaja en avión.
Siento que estoy en el cielo, oyendo música divina y comiendo cosas chiquititas, deliciosas, infantiles. Me siento libre y feliz. Me encanta.
Cuando ha comprobado que ciertas personas procuran evitar su presencia, ¿qué ha sentido? ¿Qué ha hecho?
Frustración y pena; averiguar el porqué para hacerme responsable o mandar el asunto a la misma mierda.
Existen personas de vidas ricas, admirables, envidiables. ¿Estaría dispuesta a cambiarlas por la suya?
Si el cambio no es irreversible, probaría por un tiempo ser Ivanna Trump.
¿Qué siente cuando se enfrenta a la certeza de ser una persona famosa o reconocida en su medio?
Primero una sensación agradable y después la inquietud de estarlos defraudando. Me identifico con Richard Burton cuando decía: “Ojalá que nunca se den cuenta lo malo que soy”.
De lo dicho contra usted, ¿qué le ha hecho gracia?
Nada. Todo me ha caído pésimo.
¿En qué le parecen enteramente distinto hombre y mujer?
En los procesos deductivos. Las mujeres nos saltamos varias etapas. Ejemplo: cuando el marido pregunta: ¿Dónde compraste esta carne? La mujer responde: ¿Por qué? ¿Está dura?, en vez de nombrar el lugar simplemente.
¿Con qué comidas y bebidas se le hace agua la boca?
Carpaccio de salmones con pintitas de caviar, calamares a la romana, jamón serrano con caracoles, profiteroles, torta Sacher, Campari con Tónica, Drambui, Grand Manier, Vino Finísimo de Cánepa.
¿Qué haría para insuflar alegría a los chilenos?
Es un problema cultural. No tiene remedio.
En su vida cotidiana y durante la mayor parte del día ¿usted se nota muy feliz, serena, triste, contenta o satisfecha?
Todo eso y además irritable, encantadora, hipócrita, generosa, noble, veleidosa, garabatera y maníaca compulsiva.
¿Lo menos que le gusta de usted?
Mi incapacidad para la vida social. Mi idea del purgatorio está directamente relacionada con un cóctel sin asientos, mucho canapé con mayonesa y gente que no tiene nada que ver conmigo.
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