Carmen Frei | “Su pasión bajo la cama”

Carmen Frei
“Su pasión bajo la cama”

Publicado el 16 diciembre 1991

Antes que el nombre de su hermano Eduardo, fue el de Carmen Frei Ruiz-Tagle el que sonó como eventual presidente del Partido Demócrata Cristiano hace unos cuatro años. Ella era y es la más prematura heredera política del ex mandatario en el seno de su familia. Adolescente aún, ya hacía discursos, y hace 20 años se lanzó a una campaña de regidora por Santiago, alcanzando la primera mayoría nacional. Ahora es una de las dos parlamentarias que tiene la Democracia Cristiana, única senadora.

Estudió educación parvularia, sin embargo, y parece más fanática de los rompecabezas que del quebradero de cabeza legislativo. Cuando su marido, el diputado y sociólogo Eugenio Ortega, cierra los ojos, ella mete su brazo bajo la cama matrimonial y saca silenciosamente una gran bandeja con su vicio solitario, un rompecabezas, que suele tener mil piezas o más. Entonces a la senadora se le ríe la máscara, se olvida del mundo. Y hasta de sus tres hijos, ya criados.

Ese gesto la muestra bien. La gente poco sabe sobre su carácter. Y menos sobre su humor, que descubrimos al preguntarle cómo se describiría a sí misma si se perdieran todas sus fotos y tuviera que dar pistas para ser reconocida:

-¡Me da la oportunidad de mi vida! –sonrió-. Alta, rubia, ojos claros, cara de inteligente.

¿Qué es lo que más le gusta a usted de Carmen Frei Ruiz-Tagle?

¿Puedo contestar “todo”? En especial, haber conservado a mi marido hasta hoy.

¿Cómo se conduce al conducir su auto, senadora? Descríbase con valentía.

Prudentemente audaz y con tendencia al garabato.

¿Qué es lo más difícil de llevar armónicamente en la vida matrimonial?

La incapacidad de los hombres para encontrar sus cosas o estirar la mano cuando necesitan algo.

¿De qué modo practica la democracia en su familia?

De la manera más sabia: dejando que el diputado Ortega crea que manda en la casa.

¿El más pernicioso personaje de nuestra historia?

Augusto Pinochet Ugarte.

Noticia que disfrutaría más leyendo mañana

“Pasó a retiro” (a cuatro columnas).

¿De qué modo experimenta y maneja su agresividad?

Jamás contando hasta diez. Prefiero un buen desahogo.

Pero habrá algo que no le guste…

Soy demasiado crítica de mí misma.

¿Por qué la felicitaron cuando era estudiante?

Por mi buena letra.

¿Qué le cargaría que se dijera de usted?

Que no soy auténtica.

¿El día más pleno de su vida, descartando matrimonio y partos?

El día que mi padre fue elegido Presidente de todos los chilenos.

¿La mejor oferta que ha recibido?

“¿Quieres casarte conmigo?”.

Escoja de los siguientes adjetivos el que usted aceptaría como menos doloroso si se refieren a usted: presumida, pesada, tonta, fome…

Presumida.

¿Qué virtud suya intentaría que se le reconociera como acto de justicia?

Que tengo capacidad de servicio.

¿Qué costumbre de los viejos suele exasperarla?

Perder las ganas de vivir y rezongar por no haberse muerto todavía.

¿Se siente muy rara a veces?

Sí, cuando estoy con gente para la cual la vida es sólo frivolidad.

¿Sus gustos de señora bien?

Comer en restaurantes y viajar.

¿Y a cuáles de sus gastos superfluos le costaría más renunciar?

A los de la peluquería.

¿Qué sobrenombres le han dado?

Carmelita y Huachita.

¿Cómo cree que le ve la empleada de su casa?

Mal genio cuando me llaman mucho por teléfono y demasiado ordenada.

¿Qué vocación tenía en la niñez?

Quería ser cantante de ópera, pero se me fue pasando cuando me escuchaba…También quise ser la heroína de las novelas de Salgari.

¿De qué se le quejaban don Eduardo y la señora Maruja cuando usted era niña?

De lo porfiada y mal carácter.

¿Qué cosas junta en su vanidoteca?

Haber sido primera mayoría nacional en las elecciones de regidores (concejales se diría hoy) en 1971, ganándole a Onofre Jarpa. Haber sido elegido senadora por la región de Antofagasta.

De acuerdo con su experiencia. ¿Existe un placer físico comparable al que ofrece la sexualidad?

Comer chocolate.

¿En qué le parece enteramente distinta la mujer al hombre?

Es más intuitiva y menos racional para enfrentar situaciones. Actúa con menos cálculo y con más generosidad.

¿Qué rasgo físico le incomodaba en su niñez?

Los anteojos, por un defecto a la vista.

¿En qué se parece a su padre y a su madre?

Me gustaría parecerme… A mi padre en luchar por ideales, en lo organizado y en espíritu de servicio. A mi madre, en su espíritu de familia, acogedora con la gente, ser igual siempre, cualquiera sea el rango de la persona.

¿Su rasgo de personalidad dominante?

Seguridad en lo que hago.

¿Qué conductas de sus padres que usted juzgó severas ha repetido usted con sus hijos cuando eran menores?

He sido severa. Controlaba lo que leían y exigía decir siempre a dónde iban.

Le citaré cuatro pecados capitales. Diga con cuál es más comprensiva: soberbia, envidia, avaricia y lujuria.

Los cuatro me producen igual desagrado.

Durante esas noches en que no logra dormir, ¿hay algún tema que siempre le vuelve?

La enfermedad y muerte de mi padre.

¿Qué comportamiento de los políticos le resulta incomprensible?

La inconsecuencia y la competencia de vanidades.

¿En (con?) qué frase todos los chile estaríamos de acuerdo?

“¿Cuándo son las vacaciones?”.

¿Qué sociedad actual le parece mejor?

La alemana.

¿Qué válvulas de seguridad se deja para no reventar?

Echarle la culpa al marido.

¿Cómo son sus relaciones con el sentimiento de culpa?

Absolutamente dependiente.

¿Su relación con la angustia?

Pésima.

¿Y con la depresión?

No tengo tiempo ahora para deprimirme.

¿Por qué ha llorado alguna vez frente a su pareja?

Siempre, para que me consuelen.

¿Cambiaría el actual sistema de nulidad matrimonial por una ley de divorcio aprobada por plebiscito?

Sí, pero sin plebiscito.

¿Qué siente frente a los desnudos de revistas tipo Playboy?

Me da risa ver la cara libidinosa de los hombres.

Ver texto publicado en revista en formato PDF CARMEN-FREI